Trastornos del habla

Trastornos del habla: qué son y cómo combatirlos

Muchas veces hablamos de los trastornos del habla en los más pequeños pero, ¿Qué son, ¿Cuáles son los más comunes? ¿Sabemos las causas? ¿Y cómo combatirlos? Lee este post para saber más.

Un trastorno del habla es una afección en la que la persona tiene algún tipo de problema para crear los sonidos necesarios para comunicarse con los demás. Esto se transmite en que su habla puede ser incomprensible o, como mínimo, difícil de comprender. 

Hay una diferencia entre los trastornos del habla y los trastornos del lenguaje. Mientras los primeros tienen que ver con algo físico en la mayoría de los casos, los segundos son problemas de desarrollo de  las habilidades del lenguaje. 

¿Cuáles son los síntomas?

Comunmente, los niños comienzan a expresarse con palabras o frases cortas alrededor de los dos años aunque no es hasta los tres años cuando se puede detectar algún problema.

  • Niños de dos años: tanto los padres como los cuidadores deberían entender al menos la mitad de lo que dice el pequeño. 
  • Niños de tres años: padres y cuidadores deberían entender, por lo menos, el 75% de lo que dice. 
  • Niños de cuatro años: padres o cuidadores deberían entender todo lo que dice el niño. 

Causas de los trastornos del habla 

Las causas pueden ser muchas y, también en diferentes medidas pero normalmente, tienen que ver con algún tipo de alteración genética, problemas en la estructura de huesos y músculos que intervienen en el habla, nervios del cerebro dañados o pérdida de audición. 

Ciertos problemas en los dientes, tener el paladar hendido o, incluso, el estrés emocional puedan ser otras de las causas más comunes.  Debido a éstas causas orgánicas ya nombradas, así como la maloclusión o alteraciones del tono muscular, pueden desencadenar situaciones en las que se presente una deglución atípica, la cual es una alteración importante que es necesario trabajar para evitar consecuencias a largo polazo

Trastornos del habla más comunes 

Cuando un niño tiene un trastorno del habla tiene, ante todo, dificultad para formar de un modo correcto tanto sonidos específicos como palabras; además, puede tener también dificultad para hacer comprensibles sus frases balbuceando o tartamudeando. 

Puede haber muchos trastornos y en diferente grado como, por ejemplo: 

  • Trastornos articulatorios 
  • Trastornos de la voz 
  • Trastornos fonológicos 
  • Trastornos de resonancia
  • Falta de fluidez 

Los más comunes son: 

Disfasia: debido a una falta de coordinación de las palabras a causa de una lesión cerebral. En adultos, este trastorno puede provocar afasia, un repentino trastorno en el habla que puede dificultar tanto el modo de expresarse como la lectura o la escritura. 

Disfemia: es un trastorno de la fluidez, comunmente llamado tartamudez. Los problemas aparecen tanto en el ritmo como en la fluidez de las palabras debido a espasmos o bloqueos que interrumpen la comunicación normal del niño. 

Disartria: este trastorno tiene que ver con el tono muscular de los músculos presentes en la emisión del habla. Al no tener el tono muscular necesario, el niño tiene dificultades para articular palabras. Es un problema de carácter neurológico. 

Disglosia: tiene que ver con malformaciones genéticas y consiste en la dificultad para articular sonidos debido a las alteraciones de los órganos bucofonatorios. 

Taquifemia: es un trastorno de la fluidez normal del habla y se caracteriza por un habla demasiado rápida en la que el niño, en este caso, se ‘come’ palabras, habla de una manera confusa y desordenada y es debido a causas neurológicas, en muchos casos, de carácter hereditario. 

Dislalia: Alteración de la capacidad del habla que se manifiesta con una dificultad de articular las palabras y que es debido a malformaciones en los órganos que intervienen en el habla.

¿Cómo se tratan los trastornos del habla? 

Dependiendo del grado puede haber una u otra forma de tratarlos pero sí resulta importante que tanto los padres como los cuidadores habituales se fijen en los síntomas para poder advertir cuanto antes estos posibles problemas. 

Para el niño, además de un problema físico, puede llegar a representar un problema social a la hora de relacionarse no solo con sus más allegados, sino también en el colegio o de cara a las relaciones con otras personas tanto en el presente como en el futuro. 
Acudir a terapia es fundamental para que el niño avance en la medida de sus posibilidades. Neurólogos, logopedas e incluso psicólogos pueden intervenir en el proceso de curación o alivio de los síntomas de estos trastornos.

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