En MOVO arrancamos el 8º curso y esta vez lo hacemos con especial ilusión y muchísima energía. Cada día es diferente, pero también cada comienzo de curso es muy, muy diferente y en este curso yo noto un ambiente de trabajo especial. Voy a intentar plasmarlo en palabras pero no va a ser fácil porque son de esas cosas que no se tocan, pero se sienten y se respiran.
Personalmente creo que se suman varios factores, pero uno muy importante es que tenemos más confianza en nosotras y en nuestra manera de trabajar y nos valoramos más a nosotras mismas y como equipo. Además, hay mucho respeto.
Desde fuera es fácil quedarse solo con lo que vemos: «están con mi hij@ solo 45 minutos o una hora». Actualmente, estamos muy acostumbrados a que se muestren todos los entresijos de nuestra vida personal y laboral por las redes sociales. Ni aún así es posible cuantificar el trabajo que hay detrás de una sola sesión: años de estudio, experiencia laboral, cursos de posgrado, constante formación, reuniones para compartir dudas con colegas dentro y fuera de nuestro equipo…. Todo para entender a cada uno de los niños y niñas que entran por la puerta de MOVO.
El tiempo, fundamental
Para seguir manteniendo este tipo de atención es muy importante el tiempo. Se necesita tiempo para realizar nuestro trabajo con calma y con la dedicación que cada familia necesita. Se necesita tiempo para parar, pensar, leer, escuchar y reposar muchas de las sesiones que tenemos con las familias, para poder seguir en la siguientes sesiones con un punto y seguido, movido todo por el mismo hilo conductor. Por este motivo, no buscamos masificar el Centro, ni llenar todas nuestras horas con sesiones presenciales, porque si no, todo este trabajo en la sombra no sería posible y la calidad de nuestro trabajo se vería reducida.
Esa calidad de aprendizaje creo que es la que nos hace diferentes:
- Valorar que los niños y niñas hagan las cosas con calidad, no de cualquier manera. Primar la calidad frente a la cantidad.
- Valorar todos los aspectos bio-psico-sociales de cada peque, no lo que nos resulta más funcional al adulto, porque nos simplificaría el día a día.
- Valorar un aprendizaje a largo plazo, donde cada cerebro, cada cabecita, se vaya expandiendo en todas las áreas.
Retomando el inicio del texto, como conclusión, todo el equipo estamos convencidas de lo importante que es para nosotras la calidad en nuestro trabajo. Por este motivo, se nota esta especial sincronización entre todas. El trabajo está más organizado, la sinergia entre unas y otras es muy buena y, como dije anteriormente, el RESPETO al trabajo de las demás y el RESPETO personal son el pilar fundamental que nos hace diferentes.
Gracias EQUIPO por ayudarme a recuperar las ganas y por seguir creyendo en este proyecto: el Centro MOVO.
Patricia Kaiser López.
Fisioterapeuta Pediátrica y Coordinadora del Centro MOVO.