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Aumento del consumo de benzodiacepinas en adolescentes en España: jóvenes con enfermedades crónicas

En el marco del Día Internacional para la Prevención del Suicidio, se observa una preocupante tendencia en el ámbito de la salud mental juvenil: el consumo de benzodiacepinas ha crecido entre los adolescentes en España. Aunque los adolescentes con enfermedades crónicas no constituyen el grupo mayoritario en este consumo, es importante centrar la atención en ellos, dado que enfrentan desafíos emocionales adicionales relacionados con sus condiciones de salud, lo que podría influir en el uso de estos medicamentos.

Las benzodiacepinas son medicamentos comúnmente utilizados para tratar la ansiedad, el insomnio y otros trastornos relacionados con el estrés. A pesar de sus beneficios terapéuticos en el manejo de síntomas agudos, su uso prolongado puede conllevar riesgos, como la dependencia y el abuso. Según el informe más reciente de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, España se encuentra en la primera posición a nivel mundial en el consumo de estos medicamentos, con un promedio de más de 91 dosis diarias por cada 1.000 habitantes.

En particular, el 19,6% de los adolescentes españoles ha confesado haber consumido benzodiacepinas al menos una vez. Este dato es relevante en el contexto de jóvenes con enfermedades crónicas, quienes enfrentan dificultades emocionales adicionales que podrían llevar al uso desmedido de este tipo de fármacos. Las enfermedades crónicas, que incluyen condiciones físicas, psíquicas y sensoriales, no solo afectan la salud física del adolescente, sino también su calidad de vida emocional.

El impacto de las enfermedades crónicas en los adolescentes

Una enfermedad crónica puede alterar de manera significativa la vida de un adolescente. Estos jóvenes, además de las limitaciones físicas propias de su condición, pueden experimentar una sensación de incapacidad social y emocional al no poder seguir el ritmo de sus compañeros. Las actividades cotidianas como asistir a clases, socializar o participar en eventos recreativos pueden verse interrumpidas por hospitalizaciones, tratamientos o dolores frecuentes, lo que genera un sentido de aislamiento y frustración.

La carga emocional de lidiar con una enfermedad crónica puede derivar en trastornos mentales como la ansiedad o la depresión. Estudios señalan que aproximadamente uno de cada cuatro adolescentes con una enfermedad crónica desarrolla algún tipo de trastorno emocional, y muchos recurren a las benzodiacepinas para paliar esos síntomas. Aunque las benzodiacepinas proporcionan un alivio rápido y su uso, como tratamiento farmacológico, no debe ser estigmatizado, el consumo sin la adecuada supervisión médica puede generar dependencia.

La prevención como estrategia clave

El Día Internacional para la Prevención del Suicidio nos recuerda la importancia de abordar los factores que ponen en riesgo la salud mental de los adolescentes, especialmente aquellos que ya enfrentan la carga de una enfermedad crónica. El aumento del consumo de benzodiacepinas entre los jóvenes refleja la necesidad de un enfoque integral en el manejo de su bienestar emocional. No solo se deben tratar los síntomas físicos, sino también las repercusiones psicológicas que afectan a su autoestima, resiliencia y capacidad de adaptación.

Es esencial que las familias, educadores y profesionales de la salud trabajen conjuntamente para detectar señales tempranas de malestar emocional en estos adolescentes. Una intervención oportuna, basada en el apoyo psicológico y la promoción de habilidades de afrontamiento saludables, puede prevenir el uso innecesario de medicamentos y mejorar la calidad de vida de los jóvenes.

En Centro Movo, estamos concienciados con esta prevención y contamos con un equipo de profesionales, que incluye psicólogos, terapeutas ocupacionales, especialistas en atención temprana y logopedas, que trabajan de manera coordinada con nuestros pacientes desde una edad temprana. Implementamos técnicas y métodos eficaces para promover su bienestar emocional, ofreciendo apoyo continuo para prevenir así, el uso inadecuado de fármacos y mejorar su calidad de vida.

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Bullying hacia niños con enfermedades crónicas: cómo abordar la exclusión y fomentar un entorno de apoyo

Desgraciadamente, el bullying es un grave problema social que aún está lejos de haberse superado. En todos los casos, el acoso sistemático a niños y niñas puede tener graves consecuencias en el desarrollo infantil a corto, medio y largo plazo, afectando su bienestar físico, emocional y psicológico. En este sentido, el caso de las personas con enfermedades crónicas presenta rasgos y problemas específicos, buena parte de ellos asociados al hecho de que dichas enfermedades ya suponen un gran condicionamiento general para estos menores y, por tanto, el impacto del bullying puede ser aún más significativo y dramático.

De este modo, conviene precisar que cada tipo de acoso –en función del contexto, entorno o características propias– debe ser enfrentado de forma directa y con herramientas específicas para cada situación. En el caso que nos ocupa, es muy importante abordar un enfoque que aúne la formación social con el conocimiento y sensibilización necesario respecto a las enfermedades de tipo crónico; así, en este artículo nos centraremos en explicar algunas de las particularidades del acoso a niños y niñas con enfermedades crónicas y, especialmente, comentar algunas de las estrategias para reducir las posibilidades de exclusión y fomentar un entorno de apoyo.

Enfermedades crónicas y vulnerabilidad ante el bullying

Una enfermedad crónica puede “marcar” socialmente al niño o niña como diferente. Aunque, ciertamente, estas personas pueden presentar algunas necesidades particulares en algunos ámbitos de su vida, el desconocimiento general sobre este tipo de enfermedades hace que muchas personas decidan, sencillamente, tomar distancia. Llegados a este punto, es muy importante que no se confundan las dificultades generales para comprender las posibles necesidades de personas con enfermedades crónicas –así como la inseguridad que algunas personas desarrollan respecto al modo correcto de comportarse en determinados contextos– con los casos de acoso sistemático hacia niños y niñas que presentan este tipo de enfermedades. 

Por otro lado, los niños y niñas que sufren este tipo de acoso generalizado, pueden llegar a confundir presentar limitaciones de carácter físico para realizar algunas actividades con reconocerse como personas incapaces para la vida social. Ciertamente, una enfermedad crónica requiere un seguimiento y tratamiento específico –medicación, rutinas, visita a especialistas, etc.– que, sin embargo, en ningún caso debe asumirse como imposibilidad para disfrutar la vida en común. De hecho, aislarse en su condición de enfermo es una de las consecuencias indeseables que tiene el desplazamiento y el acoso; en muchos casos, estas personas llegan a esencializar su condición de enfermo y asumen, erróneamente, que la enfermedad marca todos los aspectos de su ser y les define completamente. En muchos de los casos, esto viene provocado por la falta de herramientas para lidiar con el problema. 

En general, la vulnerabilidad de los menores se incrementa exponencialmente en estas situaciones de acoso, materializándose potencialmente en estados de aislamiento que no solo suponen la exclusión social, sino que pueden repercutir en la formación académica, el desarrollo físico y el bienestar emocional. La falta de interacción positiva con sus compañeros puede limitar su capacidad para desarrollar habilidades sociales, lo que puede tener efectos a largo plazo en sus relaciones interpersonales y en su autoestima. La sensación de soledad y aislamiento puede llevar a una mayor desconexión con la escuela y, en algunos casos, a un rendimiento académico deficiente.

Algunas estrategias para abordar la exclusión y fomentar un entorno de apoyo

Lo primero que debe decirse es que, ante el menor indicio de casos de acoso, debe consultarse a un profesional para tomar medidas efectivas y que no vayan en detrimento de los menores. Por otro lado, en un contexto general, dado el impacto significativo del bullying en los niños con enfermedades crónicas, es crucial que padres, educadores y compañeros de clase trabajen juntos para crear un entorno más inclusivo y de apoyo

  • Sensibilización y educación sobre enfermedades crónicas. La educación y sensibilización generalizada es clave para sentar las bases de un contexto menos propenso al desarrollo de casos de acoso. Es fundamental que los educadores proporcionen a los estudiantes información sobre las enfermedades crónicas y sus implicaciones, especialmente para que normalicen la existencia de realidades menos comunes o estándar y que desarrollen, así, herramientas teóricas y prácticas para facilitar un entorno de apoyo, comprensión e inclusión. Los programas de educación sobre la salud en las escuelas pueden incorporar formaciones sobre enfermedades crónicas para aumentar la comprensión y la empatía entre los estudiantes. Al desmitificar estas condiciones y abordar cualquier idea errónea, los educadores pueden ayudar a reducir el estigma y la discriminación.
  • Implementación de políticas contra el bullying. Los centros formativos deben desarrollar protocolos y pautas específicas para prevenir el bullying y, llegado el caso, abordar situaciones en las que el acoso sea efectivo. Estas políticas deben ser ampliamente comunicadas a estudiantes, padres y personal escolar, y deben ser aplicadas de manera consistente. En general, una de las condiciones imperativas para que este tipo de políticas funcionen es que los centros creen entornos en los que los niños y niñas que padecen acoso se sientan con la seguridad de denunciar este tipo de situaciones.
  • Apoyo emocional y psicológico. El apoyo emocional y psicológico es esencial para los niños con enfermedades crónicas que han sido víctimas de bullying. Las escuelas deben contar con consejeros o psicólogos que puedan brindar apoyo a estos estudiantes, ayudándolos a desarrollar mecanismos de afrontamiento y reforzando su autoestima. Los grupos de apoyo también pueden ser una herramienta valiosa. Reunir a estudiantes que han tenido experiencias similares puede ayudar a reducir el sentimiento de aislamiento y proporcionar un espacio seguro para compartir sus emociones y desafíos.
  • Trabajo junto a las familias. Las familias de niños y niñas con enfermedades crónicas deben estar involucradas en la lucha contra el bullying. Es crucial que mantengan una comunicación abierta con sus hijos sobre sus experiencias escolares y estén atentos a cualquier señal de acoso o exclusión. Además, los padres pueden trabajar en colaboración con las escuelas para desarrollar planes de intervención personalizados que aborden las necesidades específicas de sus hijos. Participar en actividades escolares y construir relaciones con otros padres también puede ayudar a crear una comunidad más unida y solidaria.

En resumen, el bullying es un problema complejo que, en el caso de las enfermedades crónicas, requiere un trabajo adicional de concienciación, sensibilización y formación específica. Como en muchos otros casos, la prevención es la primera herramienta de la solución y, si bien deben tomarse medidas efectivas contra todo tipo de acosos, la primera piedra del camino se sitúa del lado del conocimiento generalizado sobre cualquier condicionamiento que pueda llegar a generar situaciones de vulnerabilidad.

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Diversidad funcional y familia: desgaste emocional

La diversidad funcional es una realidad que afecta a muchas familias. Entender la diversidad funcional y sus implicaciones es crucial para ofrecer el apoyo adecuado y mitigar el desgaste emocional que puede provocar en los familiares.

¿Qué es la diversidad funcional?

El término “diversidad funcional” se utiliza para describir las diferencias en las capacidades de las personas, en lugar de enfocarse en las limitaciones. Este concepto busca desestigmatizar y normalizar las variaciones en el funcionamiento y salud de las personas, destacando que la discapacidad no es una desventaja, sino una condición que forma parte de la diversidad humana.

Tipos de diversidad funcional

Existen cinco tipos principales de diversidad funcional:

  1. Física o motriz: dificultades en el movimiento, desplazamiento, equilibrio, manipulación de objetos, o incluso en funciones básicas como hablar o respirar. 
  2. Visual: varía desde la ceguera total hasta problemas de visión más leves. 
  3. Auditiva: incluye desde la sordera profunda hasta pérdidas auditivas leves como la hipoacusia. 
  4. Intelectual: implica dificultades cognitivas y de adaptación. 
  5. Multisensorial: afecta tanto la audición como la visión, y se refiere a las personas sordociegas. 

Efectos de la diversidad funcional en el ámbito familiar

La presencia de diversidad funcional en un hijo puede ser una fuente significativa de estrés emocional y físico para la familia. Las familias enfrentan varios desafíos, desde la adaptación inicial hasta la gestión continua de las necesidades especiales del hijo. Los efectos comunes incluyen:

  • Hipersensibilidad y labilidad emocional: los padres pueden experimentar una montaña rusa de emociones, desde la negación y el aislamiento hasta la ira y la tristeza profunda.
  • Incertidumbre y culpa: la confirmación de un diagnóstico puede desencadenar incertidumbre sobre el futuro del hijo y sentimientos de culpa en los padres.
  • Impacto en las relaciones familiares: las relaciones pueden tensarse debido a la redistribución de roles y responsabilidades, y el enfoque en el niño con diversidad funcional puede dejar menos tiempo y energía para otros miembros de la familia.
  • Proceso de adaptación: las familias pasan por diferentes fases al adaptarse a la diversidad funcional del hijo, desde la negación inicial hasta la eventual aceptación. Este proceso puede ser largo y complicado, y no todas las familias llegan a la fase de aceptación completa.

Mejorar la situación: apoyo profesional

Para mitigar el desgaste emocional y mejorar la calidad de vida de las familias, es fundamental el apoyo de profesionales especializados:

  • Psicólogos y terapeutas familiares: ayudan a las familias a procesar sus emociones, a comunicarse de manera efectiva y a desarrollar estrategias para manejar el estrés.
  • Trabajadores sociales: ofrecen recursos y apoyo práctico, conectando a las familias con servicios comunitarios y asistencia financiera.
  • Terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas: trabajan directamente con los niños para mejorar sus habilidades funcionales y fomentar su independencia.
  • Educadores especializados: proporcionan estrategias educativas adaptadas a las necesidades individuales del niño, facilitando su integración escolar y social.

El Centro Movo se dedica a proporcionar un entorno de apoyo integral, donde las familias pueden recibir la orientación y la asistencia que necesitan para afrontar los desafíos de la diversidad funcional. A través de un enfoque colaborativo y personalizado, se busca no solo mejorar el bienestar del niño, sino también fortalecer a la familia en su conjunto.

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Importancia de la intervención logopédica temprana en niños con disfemia

La disfemia, generalmente identificada como tartamudez, es un trastorno del habla caracterizado por interrupciones involuntarias en la fluidez verbal. En general, este trastorno se manifiesta a través de prolongaciones de sonidos, sílabas y palabras, acompañados de bloqueos en el flujo del habla.

Más allá del impacto en la articulación fluida del habla, este trastorno puede derivar en problemas de bienestar emocional e integración social, especialmente cuando se trata de niños y niñas. Así, es fundamental tratar la disfemia a través de una intervención logopédica que aborde este trastorno en sus etapas iniciales y, así, ofrezca a los niños y niñas herramientas para gestionar las dificultades y el estrés.

La participación profesional de un logopeda es de máxima relevancia para reducir el impacto negativo del trastorno, maximizar las posibilidades de mejora y apoyando a niños, niñas y familias para comprender el modo de lidiar con la disfemia. Además, el logopeda puede integrar el entorno escolar del menor para garantizar una cobertura social integral que atienda a todos los contextos en los que se manifiestan las posibles dificultades del trastorno: educación, interacción social, etc.

Beneficios de la intervención logopédica temprana

Cada niño o niña es un mundo y, al mismo tiempo, cada disfemia se presenta de modos diversos en función de las personas y circunstancias. Así, lo más indicado es consultar con los profesionales de forma particular para analizar cada caso de forma independiente.

En cualquier caso, podemos identificar algunos beneficios que siempre se marcan como objetivos principales en el tratamiento de la disfemia:

  • Mejora de la fluidez del habla. Uno de los principales beneficios de la intervención logopédica temprana es la mejora de la fluidez del habla: en función del caso, se utilizan distintas técnicas y estrategias para ayudar a los niños y niñas a desarrollar un habla más fluida. En general, estas técnicas pueden incluir ejercicios de respiración, técnicas de ritmo y pausas, y la práctica de patrones de habla más suaves. La intervención temprana favorece que los niños y niñas puedan aprender y consolidar estas habilidades antes de que la disfemia se convierta en un patrón más arraigado y difícil de modificar.
  • Reducción del impacto emocional y social. La disfemia puede tener un impacto significativo en la autoestima y la confianza de un niño o niña. Así, otro de los ejes centrales de la intervención logopédica es favorecer la integración social. Los niños y niñas que presentan signos manifiestos de disfemia –que “tartamudean”, por decirlo en una expresión común–  a menudo experimentan ansiedad, vergüenza y frustración, lo que puede llevar al aislamiento social y a una disminución de la participación en actividades escolares y sociales. De este modo, la intervención logopédica temprana puede ayudar a los niños y niñas a comprender su trastorno y, dentro de lo posible, controlar su habla y a aprender estrategias para manejar la ansiedad y la presión social.
  • Prevención de problemas secundarios. Sin intervención, la disfemia puede dar lugar a problemas secundarios, como el desarrollo de hábitos de evitación del habla y el uso de estrategias compensatorias ineficaces. Los niños y niñas afectados pueden tender a evitar ciertas palabras o situaciones sociales, lo que desemboca en una limitación paulatina de sus capacidades de comunicación y aprendizaje. La intervención temprana puede ayudar a prevenir el desarrollo de estos hábitos negativos al enseñar a los niños técnicas efectivas para manejar su habla desde el principio.

Intervención temprana para evitar la cronificación

A corto plazo puede observarse mejoras en la fluidez del habla y una reducción en la frecuencia y severidad de los episodios de tartamudez, pero es el largo plazo donde esta intervención se manifiesta de forma más intensa: la intervención logopédica tiende a reducir los problemas derivados de la cronificación de los efectos más negativos del trastorno.

Al aprender técnicas efectivas para manejar su habla desde una edad temprana, los niños y niñas pueden desarrollar habilidades que les permitan comunicarse con mayor eficacia a lo largo de su vida. Además, al abordar los aspectos emocionales y sociales de la disfemia, la intervención temprana puede ayudar a prevenir problemas de autoestima y ansiedad que podrían afectar negativamente el desarrollo personal y académico del niño.

En definitiva, se trata de trabajar para que los niños y niñas desarrollen la autonomía necesaria para manejar su trastorno en distintos contextos y circunstancias. Así, los niños y niñas van acumulando experiencia y técnicas para conocerse y conocer el modo de atajar las dificultades que se les presenten. Si bien esto no significa que, en el futuro, no requieran realizar nuevas intervenciones terapéuticas o trabajar nuevas técnicas, sí permite que la disfemia no se cronifique como una condición limitante y deshabilitante. 

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Desarrollo de la socialización en niños y niñas con TEA a través del deporte

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) incide en las pautas de comunicación e interacción social de niños y niñas. A menudo, esta condición puede fomentar problemas de desarrollo emocional e integración, conduciendo, desgraciadamente, a estados de aislamiento y disminución de la calidad de vida. Sin embargo, es importante señalar que si bien el TEA es un condicionante, no determina de forma necesaria y única a quienes lo padecen; existen, por tanto, formas de abordar este trastornos del desarrollo y evitar, al máximo posible, los posibles efectos graves que pueden derivarse del mismo. En este sentido, el deporte puede ser utilizado para fomentar el desarrollo social en niños con TEA, ofreciendo beneficios tanto físicos como emocionales.

La actividad física no solo es esencial para garantizar una buena salud física general, sino que, además, el deporte puede ayudar a mejorar la coordinación, la fuerza y la resistencia. Gestionado de forma correcta y ofreciendo las condiciones necesarias, ofrece oportunidades de socialización que contribuyen a mitigar posibles tendencias de aislamiento.

Socialización a través del deporte

En primer lugar, debe comprenderse que el deporte es una actividad intrínsecamente social que requiere comunicación, cooperación y la comprensión de reglas. Así, participar en un equipo supone mucho más que practicar una actividad deportiva: requiere un estímulo cognitivo y emocional que fomenta el desarrollo de competencias tales como el trabajo en equipo, la toma de turnos y la empatía; habilidades que no solo son decisivas en el deporte, sino que forman la base del comportamiento general en la vida cotidiana.

  • Trabajo en equipo y cooperación. En los deportes de equipo, los niños con TEA tienen la oportunidad de trabajar juntos hacia un objetivo común, lo que implica un gran estímulo para el desarrollo de habilidades de cooperación y comunicación. Por ejemplo, en un partido de fútbol, los participantes deben aprender a pasar el balón, comunicarse con sus compañeros y entender la importancia de trabajar juntos para ganar el partido. Estas interacciones pueden mejorar su capacidad para colaborar con otros y entender diferentes perspectivas.
  • Paciencia y gestión de la frustración. El deporte también es fundamental para aprender la importancia de tener paciencia y respetar la participación de los otros jugadores y jugadoras. La reiteración de situaciones que requieren espera y gestión de la ansiedad desarrollan competencias que son fundamentales para la gestión general de la frustración. Evidentemente, esto requiere un contexto especial en el que los organizadores y entrenadores estén al tanto de las necesidades de los participantes y gestionen, llegado el caso, situaciones complejas.
  • Empatía. El deporte también ofrece una plataforma perfecta para que los niños y niñas con TEA desarrollen la empatía y la comprensión emocional. A través de la interacción de equipo, pueden aprender a reconocer y responder a las emociones de los demás. Por ejemplo, pueden aprender a consolar a alguien que se siente frustrado o a celebrar cuando algo sale bien. Estas experiencias ayudan a desarrollar una mayor conciencia y comprensión de las emociones de los demás.

Integración de niños y niñas con TEA a través del deporte

Para maximizar los beneficios del deporte para los niños y niñas con TEA, es importante implementar estrategias que faciliten su participación e integración. A continuación se presentan algunas estrategias efectivas:

  • Adaptación de las actividades deportivas. Es crucial adaptar las actividades deportivas para satisfacer las necesidades individuales de las personas participantes. Esto puede incluir la simplificación de las reglas del juego, la reducción del tamaño del grupo o la modificación de los equipos y materiales. Por ejemplo, en el fútbol, se puede utilizar una pelota más grande y blanda, o en el baloncesto, se puede bajar la altura de la canasta.
  • Atención individual y sensibilización. El personal, incluidos entrenadores y asistentes, debe recibir formación específica sobre el TEA y saber cómo gestionar situaciones específicas, como los desafíos sensoriales, de comunicación y de comportamiento que pueden enfrentar los niños y niñas con TEA, así como aprender técnicas para manejarlos de manera efectiva.
  • Ambiente. En general, es recomendable plantear ambientes estructurados y predecibles. En el contexto deportivo, esto puede incluir la creación de rutinas claras, el uso de señales visuales y la provisión de avisos anticipados para cambios de actividad. Un ambiente predecible puede ayudar a reducir la ansiedad y aumentar la comodidad y la disposición a participar.
  • Integración. Es fundamental fomentar una cultura de inclusión y aceptación dentro del equipo deportivo. La inclusión activa a través de la integración y la educación puede ayudar a los niños y niñas con TEA a sentirse más aceptados y valorados, lo que puede mejorar su experiencia deportiva y su disposición a participar.

En definitiva, el deporte puede ser una herramienta poderosa para mejorar la socialización y el bienestar general de los niños y niñas con TEA. A través de la participación en actividades deportivas, pueden desarrollar habilidades sociales críticas, mejorar su salud física y aumentar su bienestar psicológico. Con las estrategias adecuadas y un enfoque inclusivo, el deporte puede proporcionar un entorno enriquecedor y de apoyo que fomente el crecimiento y el desarrollo. La integración en actividades deportivas no solo beneficia a los propios niños, sino que también enriquece a toda la comunidad deportiva al promover una cultura de inclusión y aceptación.

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Uso de la tecnología TIC en el desarrollo de niños con capacidades educativas especiales

En la actualidad, la tecnología ha revolucionado la educación, cambiando radicalmente cómo los estudiantes acceden y utilizan la información. Los dispositivos digitales, como tabletas, ordenadores portátiles y smartphones, han hecho que el aprendizaje sea más interactivo y accesible, permitiendo a los estudiantes aprovechar plataformas en línea para acceder a recursos educativos desde cualquier lugar y en cualquier momento. Esto facilita un aprendizaje autodirigido y personalizado, adaptándose a las necesidades individuales de cada alumno.

Particularmente, la integración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ha transformado significativamente la educación de los niños con capacidades educativas especiales. Estas herramientas tecnológicas no solo facilitan el aprendizaje, sino que también promueven la inclusión y la participación activa de estos niños en el entorno educativo. Gracias a las TICs, se crean oportunidades para que todos los estudiantes, independientemente de sus necesidades, puedan desarrollarse plenamente y participar en el proceso educativo de manera equitativa.

Definición y alcance de las TICs

Las TICs son un conjunto de aplicaciones, sistemas, herramientas, técnicas y metodologías asociadas a la digitalización de señales, sonidos, textos e imágenes, manejables en tiempo real. Estas tecnologías incluyen procesos y productos derivados de nuevas herramientas de hardware y software, soportes y canales de comunicación que facilitan el almacenamiento, procesamiento y transmisión digitalizada de información.

Ventajas del uso de las TICs en la educación especial

El uso de las TICs en la educación especial ofrece múltiples ventajas:

  • Aumento de la motivación.
  • Mayor evaluación activa y continua.
  • Fomento de la autonomía.
  • Eliminación de barreras.

Además, la tecnología proporciona entornos de aprendizaje significativos que permiten la personalización del contenido educativo según las necesidades de cada alumno. Esto incluye aplicaciones para discapacidades específicas, programas de lectura de pantalla, teclados en braille, pictogramas y sistemas de comunicación aumentativa y alternativa.

Ejemplos de uso de las TICs en la educación especial

Entre los ejemplos del uso de las TICs en la educación especial se incluyen:

  • Teclados adaptados para personas con discapacidad motriz.
  • Programas que subtitulan vídeos para estudiantes con discapacidad auditiva.
  • Actividades de audiocuentos para niños con discapacidad visual.
  • Sistemas aumentativos y alternativos de comunicación para niños con trastornos del desarrollo.
  • Recursos online que ofrecen pictogramas y aplicaciones diseñadas para estos estudiantes.

No obstante, el éxito de la integración de las TICs en la educación de niños con capacidades educativas especiales depende en gran medida de la formación y el apoyo a los maestros. Es esencial que los educadores reciban capacitación adecuada en el uso de estas tecnologías y en la implementación de estrategias pedagógicas inclusivas. Además, la colaboración entre maestros, terapeutas y familias es fundamental para desarrollar planes de aprendizaje personalizados que aprovechen al máximo las TICs.

TICs y comunicación en la educación especial

Las TICs también juegan un papel crucial en la comunicación y la socialización de niños con capacidades educativas especiales. Dispositivos de comunicación aumentativa y alternativa (CAA), como tabletas y aplicaciones de comunicación, ayudan a los niños con trastornos del habla y del lenguaje a expresarse de manera efectiva. Estas herramientas no solo facilitan la comunicación con sus compañeros y maestros, sino que también aumentan su autoestima y su independencia, creando con ello un ambiente más inclusivo.

La gamificación como estrategia educativa

La gamificación es otra estrategia eficaz que aprovecha las TICs para motivar y comprometer a los estudiantes con capacidades educativas especiales. Juegos educativos y plataformas de aprendizaje basadas en el juego proporcionan un entorno divertido y atractivo donde los niños pueden practicar habilidades académicas y de vida. La retroalimentación inmediata y el sistema de recompensas de estos juegos ayudan a mantener la motivación y a reforzar el aprendizaje.

En comparación con otros países, España aún necesita avanzar en la aplicación de las tecnologías TICs en la educación. Es crucial aumentar los medios, infraestructuras y la formación sobre las TICs para el profesorado, así como concienciar a los directores y responsables de centros educativos sobre su importancia. Y es que las TICs han demostrado ser herramientas valiosas en la educación de niños con capacidades educativas especiales, ofreciendo múltiples ventajas y promoviendo un entorno de aprendizaje inclusivo. Sin embargo, para maximizar su efectividad, es fundamental invertir en formación y recursos adecuados, garantizando así que todos los estudiantes puedan beneficiarse de estas tecnologías.

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Incomprensión y resiliencia: la realidad social de niños con enfermedades raras

Las enfermedades raras constituyen un gran impacto en la calidad de vida tanto para quienes las padecen como para sus familias. El 75% de los pacientes con enfermedades raras en España son niños, de hecho, dos de cada tres de ellas se manifiestan antes de que el pequeño cumpla dos años.

Estas afecciones dejan a su paso un rastro de discapacidades físicas, orgánicas o intelectuales. Son condiciones que a menudo se entrelazan con la cronicidad, exigiendo un acompañamiento multidisciplinario por parte de equipos sanitarios especializados. Sin embargo, el viaje de aquellos afectados por estas enfermedades está plagado de obstáculos, especialmente durante el largo y angustioso periodo que transcurre hasta el diagnóstico.

Sufrir una enfermedad minoritaria crónica y de alta complejidad está asociado a una peor calidad de vida comparado a personas con otras enfermedades crónicas. Un impacto psicológico que se incrementa cuando el diagnóstico tarda. Durante este proceso de incertidumbre, el 90 % de las familias experimentan ansiedad y depresión

La fase más desafiante suele ser la diagnóstica, ya que implica recibir múltiples evaluaciones y convertir la búsqueda en un trastorno en sí mismo. Los diagnósticos incorrectos pueden generar mucha frustración. 

El diagnóstico de una enfermedad rara, a menudo, marca un punto de inflexión en la vida del paciente y su familia. Es un momento de esperanza, alivio y validación, donde finalmente se comprenden mejor los síntomas y se abren nuevas posibilidades de gestión y adaptación a esta nueva normalidad. Sin embargo, este mismo diagnóstico puede también sumir a los afectados en un torbellino de emociones negativas, al confrontar la falta de tratamientos adecuados o la pérdida de esperanza en una recuperación completa. A partir de este punto, es crucial desarrollar estrategias adaptativas para mejorar la calidad de vida de todos y promover la resiliencia y el empoderamiento

La incertidumbre, la ansiedad y el miedo se convierten en compañeros de viaje ineludibles en esta travesía. Para mitigar estas emociones, se vuelve imperativo contar con un soporte psicológico efectivo que facilite la transición hacia esta nueva realidad. En este sentido, el papel de los profesionales en psicología y psiquiatría es crucial, ofreciendo en pacientes infantiles un enfoque de marco integrativo, con herramientas y estrategias para enfrentar los desafíos emocionales que surgen.

El impacto de las enfermedades raras en la calidad de vida de  los niños

Las dificultades físicas, la gestión del dolor y la fatiga, así como las limitaciones en la participación de actividades cotidianas, pueden generar un profundo impacto en su bienestar psicológico y social. Se enfrentan a una batalla tanto física como emocional, luchando contra la depresión, la angustia y la ansiedad, mientras intentan encontrar su lugar en un mundo que a menudo parece ajeno y hostil.

El entorno escolar y social no siempre es comprensivo con las necesidades especiales de estos niños, lo que puede exacerbar su sensación de exclusión y aislamiento. Es fundamental, por tanto, brindarles un ambiente comprensivo y solidario, donde puedan sentirse aceptados y apoyados.

Las fases de aceptación de un diagnóstico 

Cuando la enfermedad es pediátrica, el impacto en la familia es muy elevado. Estas pasan por tres fases: 

  • Primera fase: shock inicial, acompañado de desconcierto, rabia, temor e injustificada culpa.
  • Segunda fase: tristeza y desequilibrio, acompañado de lamento, pena, pérdida de rumbo vital y pérdida de red social.
  • Tercera fase: restauración del equilibrio con la aceptación, nuevos valores y participación más activa en los procesos del familiar afectado.

En un estudio realizado en 2022 se determinó que dentro del núcleo familiar, las mujeres se llevan la peor parte, son las que desarrollan más ansiedad y más depresión. Esto es debido a que la figura materna sigue siendo el pilar central emocional de la familia y la cuidadora principal del niño. No obstante, los hermanos de pacientes pediátricos también requieren un fuerte respaldo para no experimentar culpa, preocupación o tristeza. En muchas ocasiones, los padres se centran tanto en el hijo con la enfermedad que pueden descuidar un poco al hermano sin patología.

Solo un tercio de las personas con enfermedades raras reciben el apoyo psicológico que necesitan. En este contexto, la prestación pública de atención psicológica profesional a estos pacientes es claramente inadecuada. 

A pesar de los desafíos abrumadores a los que se enfrentan estos niños, ellos demuestran una fortaleza extraordinaria, encontrando formas de adaptarse y vivir plenamente, desafiando las expectativas y superando obstáculos con valentía y determinación.

Es normal sentir tristeza o frustración en situaciones como esta y no hay razón para sentirse culpable por esos sentimientos. Experimentarlos es parte del proceso de aceptación de una nueva realidad. Aunque la vida cambie, es posible encontrar una plenitud en esta nueva realidad, donde la enfermedad no sea el foco principal, sino que coexista con el núcleo familiar.

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Disfagia en niños: un enfoque integral para el cuidado pediátrico

En Centro MOVO estamos comprometidos con el bienestar integral de cada niño, reconociendo y abordando las necesidades individuales que puedan surgir. Uno de los desafíos que enfrentan algunos niños es la disfagia, una condición que afecta la capacidad para tragar de manera eficiente. En este post te explicamos qué es la disfagia, sus posibles causas, opciones de tratamiento y cómo en Centro MOVO abordamos esta condición para garantizar un cuidado pediátrico completo.

¿Qué es la disfagia?

La disfagia se refiere a las dificultades para tragar alimentos, líquidos o incluso la propia saliva. En los niños, esto puede manifestarse de diversas maneras y puede deberse a una variedad de razones, desde condiciones médicas subyacentes hasta problemas de desarrollo.

Causas de la disfagia

Existen varias causas potenciales de la disfagia en niños. Desde malformaciones anatómicas hasta trastornos neuromusculares, cada caso es único. Las condiciones médicas como parálisis cerebral, síndrome de Down o anomalías congénitas pueden contribuir a la disfagia. También pueden influir factores ambientales y sociales.

Tratamiento de la disfagia

El tratamiento de la disfagia en niños requiere un enfoque multidisciplinario. La colaboración entre médicos, terapeutas del habla, nutricionistas y otros profesionales de la salud es esencial. En Centro MOVO n. entendemos la importancia de un enfoque integral y personalizado para abordar la disfagia, centrándonos en mejorar la función de deglución y garantizar una nutrición adecuada.

Trabajando con la disfagia

En primer lugar, hay que realizar una evaluación exhaustiva de la disfagia del niño en particular. Nuestro equipo de profesionales realiza evaluaciones y observaciones para comprender la naturaleza específica de la disfagia de cada niño. Esto nos permite desarrollar un plan de tratamiento adaptado a sus necesidades individuales.

Reconociendo la complejidad de la disfagia, tenemos expertos terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas que nos dan una comprensión completa de las causas subyacentes y permite un enfoque holístico en el tratamiento.

Terapia del habla

La terapia del habla desempeña un papel crucial en el abordaje de la disfagia. Nuestros terapeutas del habla trabajan en estrecha colaboración con los niños, utilizando técnicas y ejercicios diseñados para fortalecer los músculos utilizados en la deglución y mejorar la coordinación.

Estrategias nutricionales

En muchos casos, adaptar la dieta es esencial para garantizar la seguridad alimentaria. En ese caso, es necesario que un nutricionista cree planes personalizados que aborden las necesidades nutricionales individuales de cada niño, teniendo en cuenta sus preferencias y restricciones alimenticias.

Educación y apoyo de las familias 

Reconocemos la importancia de incluir a las familias en el proceso de tratamiento. Proporcionamos recursos educativos y apoyo emocional, ayudando a las familias a comprender y gestionar la disfagia en el entorno doméstico.

Nuestra dedicación a la atención pediátrica se refleja en nuestro enfoque integral para abordar la disfagia en niños. Al comprender las causas subyacentes nos esforzamos por mejorar la calidad de vida de cada niño que enfrenta este desafío. Estamos comprometidos a ser un faro de ayuda, trabajando juntos para superar los desafíos de la disfagia y permitir que cada niño alcance su máximo potencial.

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Dislexia en niños: causas y tratamiento

La dislexia es un trastorno del aprendizaje que afecta la capacidad de leer y escribir de manera precisa y fluida. Se estima que aproximadamente el 5-10% de los niños en todo el mundo presentan dislexia. Es importante comprender los síntomas, las señales de alerta y los tipos de dislexia en niños para facilitar una detección temprana y brindar el tratamiento adecuado. En este post explicamos en detalle la dislexia en niños, desde sus síntomas y detección hasta los diferentes tipos y opciones de tratamiento.

Síntomas de la dislexia en niños

La dislexia en niños puede manifestarse a través de diversos síntomas que afectan su habilidad para leer, escribir y comprender el lenguaje. A continuación, se detallan algunos de los síntomas más comunes:

Dificultad para reconocer y combinar los sonidos del habla (fonemas): Los niños con dislexia pueden tener problemas para identificar y manipular los sonidos individuales del lenguaje hablado. Esto puede dificultar su capacidad para aprender a leer y asociar los sonidos con las letras correspondientes.

Problemas para identificar y recordar letras, palabras y secuencias de palabras: los niños disléxicos pueden tener dificultades para reconocer y recordar las letras del alfabeto, así como para recordar palabras y secuencias de palabras. Esto puede afectar su capacidad para leer con fluidez y escribir de manera precisa.

Dificultad para seguir instrucciones verbales y organizar pensamientos: los niños con dislexia pueden tener dificultades para procesar y seguir instrucciones verbales. También pueden tener problemas para organizar sus pensamientos y expresarse de manera clara y coherente.

Lentitud en la lectura y la escritura, así como dificultad para comprender lo que se lee: los niños disléxicos pueden leer y escribir a un ritmo más lento que sus compañeros de edad. Además, pueden tener dificultades para comprender lo que leen, ya que les resulta desafiante asociar los sonidos con las letras y las palabras con su significado.

Inversiones de letras o números al leer o escribir: un síntoma característico de la dislexia es la tendencia a invertir las letras o los números al leer o escribir. Por ejemplo, pueden confundir las letras “b” y “d” o los números “6” y “9”. Esta dificultad puede interferir con su capacidad para leer y escribir de manera precisa.

Cómo detectar la dislexia en niños

La detección temprana de la dislexia en niños es fundamental para brindar el apoyo adecuado. Algunos pasos clave para detectar la dislexia incluyen observar los síntomas y señales mencionados anteriormente, realizar evaluaciones específicas de la lectura y la escritura por parte de profesionales de la salud o especialistas en trastornos del aprendizaje, obtener información de padres, maestros y otros profesionales que interactúan con el niño en diferentes contextos, considerar el historial familiar de dislexia, ya que existe una predisposición genética, y evaluar el rendimiento académico del niño en relación con sus pares.

Tipos de dislexia en niños

La dislexia en niños no se presenta de una forma uniforme, y se han identificado distintos tipos que reflejan las dificultades específicas que experimentan. A continuación, se describen algunos de los tipos más comunes de dislexia en niños:

Dislexia fonológica: este tipo de dislexia se caracteriza por la dificultad para reconocer y manipular los sonidos del habla, conocidos como fonemas. Los niños con dislexia fonológica pueden tener problemas para identificar los sonidos individuales de las palabras y para asociarlos con las letras correspondientes. Esta dificultad fonológica afecta su capacidad para aprender a leer y a escribir de manera precisa.

Dislexia superficial: la dislexia superficial se refiere a la dificultad para reconocer y recordar palabras completas. Los niños con este tipo de dislexia pueden tener problemas para reconocer patrones de letras y palabras, lo que dificulta la lectura fluida y la memorización de vocabulario. Esta dificultad se centra más en la decodificación visual de las palabras que en la comprensión del significado.

Dislexia profunda: la dislexia profunda implica dificultades en la comprensión del significado de las palabras y las frases. Los niños con este tipo de dislexia pueden tener dificultad para comprender el contexto y las relaciones entre las palabras, lo que afecta su comprensión lectora. Pueden tener problemas para captar la información implícita en un texto y para inferir el significado de palabras desconocidas.

En conclusión, la dislexia en niños es un desafío que requiere una detección temprana y un enfoque integral para brindar el apoyo adecuado. Reconociendo los diversos síntomas y señales que pueden manifestarse en la habilidad de lectura, escritura y comprensión del lenguaje, resulta fundamental actuar de manera proactiva. Para abordar esta compleja condición se recomienda buscar la asesoría de profesionales de la salud y especialistas en trastornos del aprendizaje. ¡Puedes visitarnos en Centro MOVO y preguntar todo aquello que necesites! 

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Musicoterapia infantil

La musicoterapia consiste en el empleo de la música y sus elementos para el tratamiento de alteraciones en el neurodesarrollo. Del mismo modo, sus beneficios promueven y facilitan la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento y las habilidades físicas, emocionales, sociales y cognitivas del niño o la niña.

Este tipo de técnica se utiliza habitualmente en el área de la psicología ya que, además de tratarse de una metodología que ofrece muy buenos resultados, es muy versátil y puede adaptarse a las necesidades especiales de cada paciente. Los musicoterapeutas son especialistas en los campos de la psicología, educación, pedagogía terapéutica o logopedia que se han especializado, al menos durante un año, para trabajar sobre los procesos cognitivos del cerebro a través de la música. 

Técnicas de musicoterapia

La musicoterapia puede trabajarse a través de diferentes métodos o técnicas como el canto, la improvisación, la audición musical, los juegos musicales, la composición de canciones o tocar instrumentos. La elección de la metodología de trabajo se elige en función de una valoración inicial donde se observa qué capacidades cognitivas están más afectadas y cuales son los puntos fuertes de cada pequeño.

Beneficios de la musicoterapia infantil

Los beneficios de la música son infinitos, especialmente a nivel sensorial, cognitivo y motor, y su utilización en terapias con niños mejora la creatividad, el pensamiento, el aprendizaje y la memoria. Al tratarse de un estímulo agradable, los niños trabajan y estimulan su cerebro de manera placentera, sin esfuerzo. 

Las ventajas fundamentales de trabajar con música se dividen en los siguientes niveles: 

  • Físicas: la musicoterapia ayuda al mantenimiento de la movilidad de las articulaciones y de la musculatura y disminuye considerablemente los niveles de ansiedad. 
  • Socioemocionales: la musicoterapia estimula un aumento de las interacciones interpersonales, potencia las habilidades sociales y la autoestima previniendo, de este modo, el aislamiento.
  • Cognitivas: mejora la capacidad de aprendizaje, la orientación, la atención y la concentración. Del mismo modo, estimula la comunicación y el lenguaje.

¡Esto es solo un adelanto de todos los beneficios de la musicoterapia! Si quieres saber más puedes consultarnos cuando lo desees, ¡estamos encantados de ayudarte!

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