Los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo infantil, y cuando un bebé nace de forma prematura, su crecimiento puede presentar algunos desafíos adicionales. Desde alcanzar hitos motores y del lenguaje hasta adaptarse a un ritmo propio de evolución, los niños prematuros requieren atención y comprensión especial.
Un bebé se considera prematuro cuando nace antes de la semana 37 de gestación. Esto significa que su desarrollo, que normalmente continuaría en el útero, debe completarse en un entorno externo. Como consecuencia, es habitual que su crecimiento se mida en función de su “edad corregida”, es decir, la edad que tendrían si hubieran nacido a término. Este ajuste es clave para evaluar su evolución de manera realista.
A lo largo de sus primeros dos años de vida, los niños prematuros pueden alcanzar hitos como sostener la cabeza, balbucear, gatear o caminar con un ligero retraso en comparación con los bebés nacidos a término. Sin embargo, lo más importante es observar su progreso constante más que comparar su avance con el de otros niños.
Desafíos frecuentes en el desarrollo
Los prematuros pueden enfrentar retos en distintas áreas del desarrollo:
- Desarrollo motor: algunos niños presentan menor tono muscular o dificultades para coordinar movimientos, lo que puede retrasar habilidades como sentarse, gatear o caminar.
- Lenguaje y comunicación: el balbuceo, las primeras palabras y la comprensión del lenguaje pueden tardar más en desarrollarse, especialmente en prematuros extremos.
- Interacción social y emocional: pueden requerir más tiempo para desarrollar vínculos afectivos o adaptarse a entornos sociales.
- Atención y aprendizaje: algunos niños pueden experimentar dificultades en la concentración o el procesamiento de información, lo que influye en su adaptación escolar futura.
Cómo apoyar su desarrollo
El acompañamiento adecuado es fundamental para favorecer el desarrollo de un bebé prematuro. Algunas estrategias clave incluyen:
- Estimular el movimiento: juegos que fomenten el control postural, la coordinación y el equilibrio pueden ayudar a fortalecer su motricidad.
- Favorecer la comunicación: hablarle con frecuencia, responder a sus balbuceos y leerle cuentos desde pequeño son formas efectivas de estimular su lenguaje.
- Crear rutinas seguras: un ambiente estructurado, con horarios estables y actividades repetitivas, proporciona seguridad y favorece la regulación emocional.
- Observar sus necesidades individuales: cada niño tiene su propio ritmo. La clave está en observar sus avances y brindarle apoyo según sus necesidades.

Apoyo profesional y seguimiento
El seguimiento médico y terapéutico es esencial en los primeros años de vida de un bebé prematuro. La intervención temprana a través de logopedia, fisioterapia o terapia ocupacional puede marcar una gran diferencia en su desarrollo. En Centro Movo, ubicado en Emilia Pardo Bazán 25, Ourense, contamos con un equipo de profesionales especializados en el acompañamiento de niños con necesidades específicas. Nuestro equipo, al que puedes contactar llamando al 988 06 00 81 o a través del correo electrónico hola@centromovo.es, ayuda a las familias a encontrar las mejores estrategias para cada etapa.
El desarrollo infantil en bebés prematuros puede presentar desafíos, pero con el apoyo adecuado y un seguimiento atento, logran alcanzar un desarrollo pleno. Cada pequeño tiene su propio ritmo y lo importante es celebrar cada avance, por pequeño que sea. Si tienes dudas sobre el desarrollo de tu hijo, en MOVO podemos ayudarte a encontrar las respuestas y el apoyo necesario.