La música, más allá de ser una forma de arte, se ha posicionado como una herramienta poderosa para el desarrollo cognitivo, especialmente en niños con trastornos del neurodesarrollo. Estudios recientes han evidenciado cómo la música puede estimular áreas clave del cerebro, mejorando habilidades comunicativas, sociales y emocionales. La música en el desarrollo cognitivo, se puede aprovechar en entornos terapéuticos y educativos.
La música activa múltiples áreas cerebrales de manera simultánea, desde la corteza auditiva hasta la motora y prefrontal. Este nivel de activación cerebral es crucial para niños con trastornos del neurodesarrollo, ya que fomenta la neuroplasticidad, permitiendo la reorganización de conexiones neuronales y potenciando habilidades cognitivas y motoras.
En el caso de niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), la música mejora la interacción social y el lenguaje, mientras que en niños con TDAH contribuye a regular la impulsividad y la atención. Asimismo, escuchar y crear música puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, proporcionando calma y mejorando la regulación emocional.
Beneficios cognitivos y emocionales
La musicoterapia ha mostrado ser particularmente efectiva en varias áreas:
- Comunicación y lenguaje:
- Mejora la percepción auditiva y la producción del habla en niños con Trastornos Específicos del Lenguaje (TEL).
- Promueve la interacción social y la atención conjunta en niños con TEA.
- Estimulación de la función ejecutiva:
- La práctica musical refuerza la memoria de trabajo, la planificación y la organización, habilidades frecuentemente afectadas en trastornos del neurodesarrollo.
- Actúa como un medio multisensorial que mejora la capacidad de aprendizaje.
- Regulación emocional:
- Ayuda a canalizar emociones y a manejar la ansiedad mediante melodías que actúan como un regulador emocional.
- Ofrece una vía no verbal para expresar sentimientos, crucial en niños con dificultades comunicativas.
Integración sensorial y coordinación motora
La música no solo estimula el cerebro, sino también el cuerpo. Actividades como tocar instrumentos o bailar promueven la coordinación motora fina y gruesa. Además, favorecen la integración sensorial, un aspecto esencial para niños con trastornos del procesamiento sensorial, quienes suelen tener dificultades para responder adecuadamente a estímulos del entorno.
En el MOVO, creemos en un enfoque integral para apoyar el desarrollo de los niños con trastornos del neurodesarrollo. Nuestra labor interdisciplinar de psicólogos, terapeutas ocupacionales y logopedas se complementan para añadir a sus terapias los beneficios que la música puede ofrecer. Proponemos incluir actividades musicales como parte de los ejercicios de estimulación en el hogar y en los entornos educativos.
La música es un lenguaje universal que no solo enriquece nuestras vidas, sino que también transforma el cerebro de los niños. Incorporarla en su entorno no es solo una opción terapéutica, sino una herramienta clave para mejorar su calidad de vida y potenciar su desarrollo cognitivo, social y emocional.
Si deseas más información sobre cómo apoyamos el desarrollo de los más pequeños, visítanos en Rúa Emilia Pardo Bazán, 25, 32004, Ourense o contáctanos en hola@centromovo.e. En Centro Movo, estamos comprometidos a acompañar a las familias en este camino hacia un futuro lleno de posibilidades.